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11 oct 2009

Capítulo 3

-¡Vamos, Alice! ¡Tienes que ver más!
-¡Emmett!- Me gritó, quitándose el velo color púrpura que le había puesto en el pelo -¡Para!
-Mira a través de la bola de cristal...- Le susurré acercando aún más la bola que le había puesto delante la cara- ¡Dime lo que ves!

-¡NADA!- gritó- ¡Es una bola de plástico roja que has robado de un Castillo hinchable para niños!
-¡Noooooo!- Siseé- ¡Es real! ¡Dime lo que ves! ¿Me ves completando correctamente la lista de los unicornios? ¿Lo ves? ¡Dime Lola! ¿Lo ves?
-Espera, espera ¿como me has llamado?-Suspiré impacientemente.

-Lola. El unicornio mas pequeño.
-Emmett, Yo...

-¡BRUNO!- Le dije- ¿Cuantas veces tengo que decírtelo? ¡Mi verdadero nombre es Bruno!
Ella entrecerró los ojos y dijo dando vueltas a mi alrededor. -¡Emmett, Emmett, Emmett! ¡Emmie-Poo, Em, Em, Em, Emmett!
-¡No!- Me tape las orejas y me arrodillé en el suelo.
-Vale. Bruno, entonces- aceptó- ¡He visto en la bola de plástico!

-¿¡En serio!?-Asintió, sonriendo dulcemente. -

-¿Quieres saber lo que he visto?
-¡Oh sí! Sí sí sí!
-Bien- Se acercó más a mí y susurró en mi oído-He visto...- asentí y espere impacientemente- He visto... que tu nombre es, y siempre será... ¡EMMETT!- se rió malvadamente metiéndome la bola de plástico en la boca, y salió corriendo.
Me senté en el suelo. ¿Por qué mi familia nunca apoya mis sueños? Como el día que quise llevar un rinoceronte a la escuela por lo de “trae tu mascota a clase”. Encontré uno y lo quise. Le llamé Herman. Pero no. No dejaron que me lo quedara. Intente de todas las maneras posibles razonar con ellos. Prometí que lo sacaría de paseo todos los días. Pero seguían diciendo que no. Me sacaron de África con la promesa de una barrita de chocolate. Solo cuando llegamos a casa, me acordé de que no como chocolate.
Bueno, ¡Bruno Cullen no se desanimará por esto! Si ellos quieren destrozar mis sueños, ¡Yo destrozaré los suyos! ¡Y completaré mi lista! ¡Los unicornios no se quedan atrás!
Lo primero es lo primero. ¡Es hora de romper los sueños de mi “Familia”!
Empezaré con Edward. Lo encontré leyendo.
-¡Edward!- Me regocijé, pensando en Rosalie para que no leyera mis verdaderas intenciones.
-¿Que quieres?
-Solo quería que supieras que tu sueño de ser capaz de leer la mente es infantil y surrealista. Nunca conseguirás tu meta. Ríndete ahora que estas a tiempo. Amen.- Sonreí, orgulloso de mi mismo por lo maduras y cultas que eran mis palabras.
-Me sorprendes cada día- Dijo Edward. ¡Así que ha notado mi actitud madura!- No tenia ni idea de que alguien pudiera ser tan estúpido. Es absolutamente increíble.- Negó con su cabeza- Vete, Emmett.

-Me llamo Bruno- Le grité mientras me iba de la habitación.
Era el turno de Rose. Fui a nuestra habitación y me escondí detrás del espejo. Muy pronto, Rose apareció para revisarse el peinado.
-¡Rosalie Hale!- Dije con voz fantasmal- ¡No eres la más guapa de la casa!- Ya está. El sueño de Rose roto con 9 palabras. Hecho.
Podía imaginármela con la boca desencajada. ¡¿Que?!- gritó- ¿Quien es entonces?
De pronto, un relámpago de genialidad me golpeó-¡Isabella...
-¡No. No, por favor! ¡No!
-...Swan!
-¡NOOOOO!
-Sí.
-¡Oh, espejito! ¿Que tengo que hacer para ser la mas guapa?- rogó desesperadamente.
-Dos cosas. Primero. Debes atar a Bella y ponerle un disfraz de puma. Cubrirla de ketchup y dejarla en el bosque donde Edward cazará esta noche.
-Sí. Sí. ¿Que más?”
-Cómprale un rinoceronte a Bruno y ayúdale con el resto de su lista.
-Espera, ¿quien?”
Suspiré- Emmett.
-Oh. Vale- Y se fue corriendo.
Mi siguiente víctima era la pixie malvada.
-Oh, ¿Lola?
-¿Sí, Emmett?
-Bruno.
-¿Sí, Emmett?- repitió.
Entré- Acabo de recibir unas devastadoras noticias.
-Ha ha. Ya me preguntaba cuando encontrarías eso fuera- Se rió.
-¿Encontrar el que?- Siempre me pongo nervioso cuando su risa suena como barritas de chocolate con nueces.
-Oh. Olvídalo. ¿Cuales son tus devastadoras noticias?
Simulé estar en triste. -Han puesto un limite para poder comprar. Tienes que medir más de 1’60.

Ella dio un grito. -¡Pero yo mido 1’57!
-Lo sé. Pero, ¡hey! ¡Ahora Bella puede comprar por tí!
Ella se quedó en shock. -¡Eso no va a pasar!- gritó mientras salía azotando la puerta. Me di cuenta que había una nota en la mesa dirigida a Carlisle y Esme.
"Me he ido a matar a gente del gobierno. Volveré pronto. No lleven a Bella al centro comercial ¡BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA! Los quiere, Alice".
He he he.
Decidí dejar mi operación rompe-ilusiones a un lado.
Bella ya iba a ser suficientemente torturada por Rose. Carlisle y Esme me caían bien. Y Jazz me haría sentir un infierno de emociones si me metía con él.
E igualmente. ¡Tengo una lista que hacer!
Creí que sería mejor dejar en paz a Rose con mi segunda tarea. Después de todo, me estaba comprando un rinoceronte.
Fui al hospital por segunda vez. Ahora estaba corriendo con el i-pod de rose conmigo.
-Pulsa los botones y haz como que te has electrocutado. Sonríe, y sal del ascensor.
Eso es todo lo que tenía que hacer. ¡Fácil! Pensé mientras subía al ascensor.
Esta vez habían dos personas. Un electricista y una enfermera... ¡que era un tío!
-¡A Joder! ¡Tío! Acabas de joder toda fantasía con enfermeras que tenido en mi vida!- Me burle de él con un estremecimiento.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y dio vueltas gritando en el ascensor- ¡Bueno, he intentado verme bien! Pero eso no es suficiente para algunas personas, ¿verdad? ¡Es solo que hay muchas minifaldas que me puedo poner!

Esto me dejo con el electricista quien intento iniciar una charla amistosa.
-Acabo de terminar mi trabajo con este cachorrito.
-¿Que me has llamado?”
-Nada....Yo...
Le dí mi mejor sonrisa resplandeciente y me giré a tocar los botones. No pasó nada, pero hice como que mi cuerpo vibraba y pude cara de dolor.
Chispita estaba con los ojos como platos.- ¡Oh dios! Sabía que no tenia que haber conectado el azul con el...¿¡Y SI LO HE MATADO!?
Decidí abortar la parte ‘levántate y sal’ para hacer sufrir un poco más a Chispita.
-¡Oh que dolor!- Grité mientras me convulsionaba en el suelo.
-Yo eh...¡agua! Estoy seguro de haber leído en algún sitio que el agua ayuda a calmar los shocks. Sí....agua- Se giró hacia su mochila a por su botella de agua- ¡Aha!- me vació toda la botella en la cara.
-¡Tú, idiota!- Grité, ocultando una sonrisa- ¡Soy alérgico al agua!
-¡OH NO!- Empezó a sollozar, así que pare de convulsionarme. Deje de respirar y me quedé muy quieto.
-¡Joder! ¡Le he matado! ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!- revisó mi pulso- Sin pulso. Pálido. Frío. Se ha ido- susurró- Hora de la muerte. 14:57.
Entonces se abrieron las puertas con un 'Ding' , abrí los ojos y me levanté de golpe.
-Encantado de conocerte... miré su tarjeta de identificación- ...Rupert- Rupert... Me gusta.
Se desmayó- Si... Ya nos veremos, enfermero...- murmuré.
Ahhhh. Otra tarea completa. Los unicornios se alegraran de mi progreso.
Cuando volví a casa, hubo una gran conmoción. No sabía a que enfrentarme primero. Empecé por Edward y Bella, porque Edward me recordaba a Bucky (el unicornio más grande, recuerdan)y prefiero a Bucky más que a Lola.
-¡No me importa lo que pensaste!- Bella le estaba gritando a Bucky- ¡Intentar comerme no esta bien!
-¡Bella, estabas vestida como un puma y olías genial! ¿Que se supone que tenía que hacer?
-Um, ¿¡¡¿¡¿NO COMERTE A TU NOVIA?!?!!?”
He he he.....
Siguiente, ahí estaba Rose, un tío de control de animales, mis padres adoptivos y...¡HERMAN!
-¡Oh Herman!- Gemí, poniendo mis brazos al rededor de su cuerno.
-¡No! ¡Quítate!- gritó el controlador de animales.
-¿Por que?- pero me aparté de todas formas, me gustaría tener a Herman por siempre jamás y...OMG! -¡Carlisle! Podemos morder a Herman para que viva por siempre jamás y...”
Un estúpido Carlisle me puso la mano en la boca.
-Claaaro- dijo el tío de los animales- Vale. No puedes quedarte el rinoceronte. Se viene conmigo- Y con un aura triste por Herman y unas pocas lagrimas fingidas, mi rinoceronte fue hacia el atardecer.
-Realmente voy a echar de men...espera! ¿Donde está Alice?- Miré a mi alrededor y la vi al lado de un coche de policía en la carretera. Jasper le sujetaba las manos a la espalda mientras ella se retorcía, el policía le miraba con los ojos muy abiertos mientras ella gritaba histéricamente:
-¡No! ¡No puedes hacer esto! ¡Es inhumano!- le empezó a salir espuma por la boca- Bella... Espantosa... Vagabundo... Blifffffff...
El oficial se alejo incómodamente- Vale. Me largo de aquí- Le dijo a Jasper-Dile que no hay una restricción de altura... y si vuelve a tener algún problema con esa tal vagabunda llamada Bella, que nos llame. ¿De acuerdo?
-Sí. Vamos Alice. Ve a tu lugar feliz. Montones de ropa... Bella con anestesia... eso es...
-¡Bien!- dije fuertemente- Creo que necesitamos una reunión familiar.
Unos minutos después, nos sentamos al rededor de la mesa de la cocina. Todos me mataban con la mirada por alguna razón que no conozco. Todos excepto Bella y Edward que se mataban con la mirada entre ellos y Jasper que estaba encogido en la esquina, mirando a la pared, murmurando para si mismo:

-Malas vibraciones... malas vibraciones...
-¡Muy bien!- Les sonreí calidamente a todos- Hoy a sido un día un poco aburrido para todos, así que he pensado que les gustarían unas buenas noticias. Primero de todo, estaran encantados de saber que mi lista ¡va viento en popa!- Esperé a que empezaran a aplaudir- Sí, Buena idea. Esperar a aplaudir al final. Segundo, creo que tiene un problema con mi nuevo nombre, Bruno- Todos asintieron- Así que, desde hoy, no tiene que volver a llamarme así- Todos suspiraron de alivio- ¡Ahora me llamo Rupert!

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