Translate

Contactanos:

Si tienes algún fanfic que quieras que suba, alguna noticia interesante o deseas que te afilie al blog, envíame un mensaje a mi correo electronico:
lace-twilight@hotmail.com

12 ene 2010

Capítulo 4: Esme y Carlisle


mi estomago es muy fuerte, muy, muy fuerte”


- No, no… -dije a quien-quiera que me estaba meneando de los hombros.


- Nessie, despierta –dijo una voz lejana, que cada vez podía escuchar más fuerte. Entre mas fuerte, mas fastidiosa se hacia. Su voz era de una mujer –o niña, o puberta- y era demasiado reconocible: algo femenina pero con un toque rudo, chillona por momentos, pero definitivamente dulce cuando se lo propone. Y cuando no –como en estos momentos- llega a ser demasiado fastidiosa.


- ¡Hannah, déjame en paz! –grite y mi mejor amiga río. Me siguió fastidiando y tuve que abrir los ojos. Me encontraba en la habitación de mis padres, acostada sobre el sofá de cuero negro, con una sabana sobre mí. Mire mi reflejo en el vidrio, y valla pelo que tenia, una completa maraña.


- Renesmee –dijo, y supe que tenía que decirme algo serio. Ella nunca usaba mi nombre completo, bueno, una vez lo uso, y fue para decirme que se había comido a mi única mascota que he tenido, mi pez Gorgory, que en paz descanse.


- ¿Qué pasa? –me incorpore y me senté a su lado, en la cama de mis padres.


- Es que, ya no quiero jugar a los Súper Agentes, tu familia me da miedo, miedo de verdad.


Rodé los ojos y ella trago pesado. Pase mi brazo por su hombro y la estreche.


- Hannah, esta idea fue tuya. ¿Lo olvidas? Ahora no quiero que mi amiga puberta-loba, esa de pelaje gris con tonalidades morados, la mas feroz del mundo, se eché para atrás en nuestros juegos de niños, ¿entendido? Además, solamente quedan mis abuelos y mis padres.


Se quedo un momento meditando lo que había dicho.


- Esta noche tus abuelos –murmuro entre un suspiro, aceptando seguir con el juego. Reí ligeramente y quite mi brazo de su hombro, ya podía oler que prácticamente se estaba cocinando.


- Si, esta noche son ellos, ¿Qué sorpresa nos podríamos encontrar? ¿Jugando al doctor y a la enfermera? –las dos reímos simplemente por el hecho de pensar que mis abuelos, mis conservadores, dulces y lindos abuelos, estarían jugando a ese tipo de cosas.







Por desgracia, el viento no iba a nuestro favor, pues mi abuelo tenía turno en el hospital a media noche. Esme decidió acompañarlo, pensando creo yo, en no dejar a su esposo en un aburrido turno de trabajo nocturno. Pero eso no nos detendría, no. Ya teníamos todo planeado.


Estábamos en el bosque. Los padres de Hannah creían que ella se quedaría en mi casa y mis padres creían que yo estaría en la de ella. Rogaba que por favor no se les ocurriera llamar para ver “como estaba todo”


- ¿Estas lista? –pregunto y lo asentí con la cabeza. Me puse la mochila en el hombro y le di la espalda a mi mejor amiga- si volteas…


- Me matas ya lo sé, ahora apúrate a desnudarte y entrar en fase.


Escuche como la ropa caía y Hannah reía nerviosamente.


- Hazme enojar Ness, si no, no puedo entrar en fase


- Esta bien, esta bien… -medito unos segundos y después dije lo primero que se me ocurrió:- Hannah hueles mal.


- Ya usaste esa Nessie, piensa en otra cosa…


Medite algunos minutos mas, y entonces recordé algo que había leído en una revista, una noticia que hizo que me enfureciera de tal manera que casi voy y mato a alguien…


- Robert Pattinson anda con Erika Dultra.


Escuche un ¿Qué? Seco y después cómo Hannah se trasformaba. Sonreí y la encare: era tan grande como un San Bernaldo, con su pelaje de tonalidades morados y unos grandes ojos lobunos.


Recogí su ropa y la guarde en la mochila, después me subí a su espalda y emprendimos camino hacia el hospital.







Silencio –susurre a Hannah, quien estaba riendo nerviosamente mientras se ponía la ropa. Toco mi hombro cuando estaba totalmente vestida y nos acercamos a la puerta del hospital. Cuando llegamos, gateamos hasta el primer despacho, nos paramos y en un rápido movimiento subimos al ascensor. Un piso, dos pisos…


- Odio la música de ascensor, hace que quiera dormir –comento mi amiga con aburrimiento.


- Si, eso ya lo se


Tres pisos y las puertas se abren. Salimos silenciosamente cuando escuchamos pasos ligeros acercándose.


- ¡Por aquí! –dijo Hannah lo suficientemente alto para que yo escuchara y me jalo hacia un estrecho armario de mantenimiento. El lugar era tan pequeño y Hannah tan caliente que empecé a sudar en menos de tres minutos. Los pasos se alejaron y pude salir de aquel horno.


- Esa es la única desventaja de que eres mujer-loba Hannah, eres mas caliente que un horno


- Calla y camina, ya estamos cerca


Unos pasos más y entonces vimos el consultorio de mi adorable abuelo. El estaba sentado en su escritorio con unos papeles encima y mi abuela andaba rondando por todo el pasillo. Vi que en el consultorio había unas cortinas gruesas.


- Nos vamos a esconder ahí –le susurre- detrás de esas cortinas donde la gente se cambia.


- Esta bien… -contesto perezosamente mi amiga. Rodé los ojos y empezamos a gatear directo ahí cuando mi abuelo no estaba mirando. Llegamos muy rápido, y Carlisle ni si quiera levanto los ojos.


Escuchamos como unos pasos se acercaban al consultorio y después la voz de mi adorable abuela retumbo aquella pequeña habitación blanca:


- Ya no hay nadie -escuche la risa de mi abuelo y después como aventaban unos papeles al piso- ¡doctor, doctor, me siento mal! –dijo ahora con una mala imitación de un paciente.


- ¿Qué le duele madame? –pregunto mi abuelo con voz fingida.


- Aquí –hizo una pausa, supongo que mostrándole donde- y acá –escuche un ¿gemido? Oh, Oh.


Hannah me toco el hombro y yo ya sabia que vería en sus ojos: “te lo dije”. Y dicho y hecho, eso tenia escrito en sus orbes cafeces.


Esto estaba mal, muy mal. Nada tenia sentido; numero uno: a los vampiros no les empiezan a dar dolores de repente. Numero dos: mis abuelos no pueden estar haciendo nada tipo Rose y Emmett… ¡son mis abuelos! Numero tres: en este preciso momento estoy sintiendo muchas, muchas nauseas. Numero cuatro… “Oh vamos Nessie, cállate y encuentra la manera de huir” dijo una parte de mi misma, supongo que la cordura, o mi estomago.


- ¿Aquí? –la voz de Carlisle tenia un matiz extraño, no sonaba como el cariñoso abuelo que me arrulló en sus brazos cuando era pequeña, este tenia un tono… ¿seductor?


- Si, ahí… -gimió ella- ¿Qué tratamiento me dará, doctor?


- Estar en cama todo el día –hasta yo capte el doble sentido de sus palabras y a continuación escuche como dos cuerpos chocaban, como dos rocas y eso fue todo. Toque la cara caliente de Hannah y le dije que nos fuéramos ya. Ella asintió rápidamente y me apunto la ventana que había en una esquina. Tome dos respiraciones ondas pero silenciosas y me atreví a echar un vistazo. Gran equivocación:


Carlisle estaba sobre el escritorio, con sus piernas abiertas y Esme estaba entre ellas. Se estaban besando ferozmente, casi tragándose. Las manos de el viajaban por toda la espalda de ella y las de ella por todo el pecho de el.


Hannah yo salimos disparadas como rayo por la ventana tan rápido como nuestra no-humanidad no lo permitió. Me asome para ver si se habían dado cuenta pero ellos seguían muy entretenido en lo suyo. Ahora las manos de el viajaban por todas las piernas de ella…


Mi amiga me jalo del brazo y me llevó hasta el bosque. Donde en un movimiento rápido y poco humano se quito la ropa y entro en fase.


- Bueno –murmure mientras corríamos regreso al bosque, donde una casa de campaña nos esperaba, ya que nuestros padres creen que estamos una en la casa de la otra- no estaban jugando a la enfermera y al doctor…


Hannah bufo lubunamente y creo que hasta rodó los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario