“Esto no es precisamente una discusión sobre la Deuda Nacional”
A la mañana siguiente rápidamente guardamos todo el campamento y nos dirigimos a mi casa. Ahora solamente diríamos que la pijamada en casa de Hannah estuvo muy bien y blah, blah…
- ¡Ya llegamos! –anuncie cuando estaba entrando a la casa. Mi madre llego a mí enseguida y me dio un abrazo.
- ¿Cómo les fue? ¿Se divirtieron? –pregunto mientras nos acompañaba a la sala.
- Bien, fue una noche… interesante –contesto por mí Hannah y yo rodé los ojos.
- ¿Qué hicieron?
- Pues, ya sabes, jugamos a las Bratz* y a la pasarela –mentí.
- Cariño, ¿puedo hablar a solas contigo un minuto?
Oh, Oh.
Las manos me comenzaron a sudar y me mordí el labio. Mi amiga me miro asustada pero después regreso su atencional la televisión.
- Claro
Mi madre me tomo de la mano y me jalo hacia la cocina. Me senté en un banco de la barra y ella a mi lado.
- Cariño, -comenzó- te quería pedir que si esta noche te podrías quedar a dormir aquí, otra vez, con Hannah si quieres… se que no has dormido en tu casita todos estos días pero…
- No hay problema mami, ya sabes que por ti lo que sea –me acerque y le di un beso en la mejilla. Ella me abrazo y después se puso a hacerme comida humana.
….
El resto del día fue pan comido. Hannah y yo nos excusamos con que queríamos ir a dar una vuelta por ahí, pero realmente teníamos que salir para que mi padre no leyera nuestros pensamientos. Seguramente me castigaría un siglo o algo por el estilo.
Llego la noche y Hannah y yo estábamos en el armario de la cabaña. Por suerte Alice lo hizo más grande del cuarto, así que no teníamos que estar apretadas. Nos escondimos en la parte de la seda y satín, un lugar donde mi madre nunca buscaría.
Estuvimos ahí unos siete minutos, cuando escuchamos como mis padres entraban a la cabaña. Nos acercamos gateando hacia la puerta del armario que estaba abierta un poco, y nos escondimos detrás del monto de ropa de ahí. Por desgracia era mezclilla, así que teníamos mucha probabilidad de que nos encontraran.
Además, esta era la misión más peligrosa. Mi padre podría leer nuestros pensamientos, y así descubrirnos. Hannah me aseguro que tendría en blanco sus pensamientos, y yo dije que lo intentaría. No seria fácil, pero por mi libertar haría lo que fuera.
- Nessie, Nessie… -llamo en susurros Hannah.
- ¿Qué quieres? ¡Nos van a descubrir si no te callas!
- No, cállate –me silencio- tengo una… pregunta.
- Esta bien, pero esa será la ultima –refunfuñe.
- ¿Que pasa si tus padres… están haciendo… cosas…? Digo, aquí no hay ventanas y no podríamos escapar...
- Hannah, ellos no hacen nada malo. El otro día le pregunte a tío Emmett por que de vez en cuando me pedían que me quedara a dormir en la casa de los abuelos, ya sabes, como hoy, y me dijo que ellos discuten la deuda nacional.
Mi amiga me miro con cara de estupefacción, pero después se encogió de hombros y decidió ignorarme.
- Tengo un mal presentimiento –murmuro.
- Cállate –susurre cuando escuche las risas de mi madre seguidas por las de mi padre. Pasos, pasos y después como cerraban la puerta de su habitación.
- ¿Solos? –pregunto mi papa.
- Si, solos por toda la noche –confirmo ella.
Hannah se acerco a mí y se asomo por la rendija que dejaba la puerta semi-abierta; yo la imite y comenzamos a ver a mis padres discutir la deuda nacional:
Mi padre entro al cuarto con mi madre, se sentaron en la cama. De pronto ella se abalanzo a el, besándolo ferozmente. El gimió y puso sus manos en la cintura de ella. Sus manos entraron por debajo de su blusa y empezó a acariciarla ¿Qué le acaricio? No lo quiero saber.
Ella gimió en su boca, y vi como el sonreía. Mi madre se separo de el y le susurro que el primero. Mi padre rodó los ojos pero se paro. Mi dulce mami se acostó en la cama y empezó a ver como mi papi… ¡¿se desvestía?! Primero se quito la camisa y se la aventó. Ella la tomo, la olio y la puso a su lado. Después el empezó a quitarse el pantalón, quedándose en unos boxers rojos y… ¡Por Dios! No, el no, el no puede estar…
- Es enorme –dijo Hannah con los ojos abiertos como platos. Estaba tan roja como los boxers de mi papa. Baje la mirada y le toque la cara.
“¡Deja de pensar cosas indebidas sobre mi padre y su paquete!”
Escuchamos como mi padre empezó a caminar regreso a la cama así que regresamos la atención a la escena:
Regresaron y se besaron. Mucho. Se besaron mucho y demasiado apasionados. Y de pronto… ¡Que asco! Mi madre puso su mano ahí, en la parte de mi papi ¡Que asco, que asco!
- Mmm… -gimió el y juro, juro que de verdad casi vomito.
Mi madre siguió frotándole… y Hannah se puso verde.
- ¿Estas bien? –susurre. Ella dijo que si con la cabeza y regresamos nuestra atención hacia el cuarto.
- Te toca –dijo mi padre. Mi mami río y se puso en medio del cuarto. Empezó a quitarse el vestido y después lo dejo caer el piso. Lo miro de manera inocente y se acerco lentamente a el, en nada mas que ropa interior de encaje azul marino.
Mi padre se acerco a ella y la recostó sobre la cama. Comenzó a besarle los labios y después el cuello. Siguió bajando, y bajando hasta que… ¡Ahhh! ¡Le esta besando una bubi! Y alto… ¿A dónde va su mano…? ¡Doble “Ahhh”! Su mano viajo al lugar especial de mi mami.
- No pares –gimió ella. El con su otra mano viajo hasta el seguro del sujetador de ella y…
Y eso fue todo.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAH! –gritamos yo y Hannah a la vez, mientras salíamos del armario y corríamos hacia la puerta de salida.
¡Ahh! –grito mi madre y a velocidad vampirica se puso la ropa de nuevo. Mi padre en cambio, se quedo estupefacto, parado en estado de shock o en lo que fuera que los vampiros entren cuando están sorprendidos.
Pero después, papa apareció completamente cambiado y se interpuso en la puerta, dejándonos sin salida. Estaba enojado, muy enojado.
- ¿Nessie? –me susurro Hannah. Mientras papa nos tomo de las manos y nos llevaba jalando regreso a la cama, donde nos sentó.
- ¿Qué?
- Eso no era discutir la deuda nacional ¿verdad?
Negué con la cabeza. Escuche a mi padre gruñir.
- ¿Lo sentimos? –dije con mi cara de inocente mas convincente que pude poner. El gruño más.
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