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21 ene 2010

Último Capítulo: Castigo y ¿más juegos de niños?

“Siempre es bueno hacerles caso a las moralejas”
Una semana después.
Estaba en el tercer piso, caminando en silencio entre los pasillos. Si tenía suerte, encontraría la bóveda de sangre sin que me descubrieran y podría probarla…
Llegué y logré entrar, no fue difícil. Me acerqué a la parte donde estaban clasificadas las bolsas de sangre humana por tipos.
Pero el problema es que estaban en un estante muy alto para mí. Intenté brincar y alcanzarlos, pero ¡Oh sorpresa! Soy tan malditamente enana, que ni con eso logré alcanzarlas.
Lo intenté unas cuantas veces más, y cuando pensé que la suerte estaba de mi lado, al tocar las bolsas con mis dedos… unas manos grandes y blancas las movieron.
¡Atrapada! Me gritó mi conciencia, y después se comenzó a burlar de mí. Cerré los ojos y me di la vuelta. Cuando los abrí, mi padre me sonreía triunfante.
- ¿Buscabas algo? – preguntó divertido, mostrándome las bolsas de deliciosa sangre.
- ¡Por favor! – rogué. Negó con la cabeza y comenzó a mover la sangre a otros estantes aun mas arriba. Nunca dejando de sonreír. Rodé los ojos y después, intenté hacer mis ojos del gato con botas* como tía Alice me enseñó, pero él me ignoró completamente.
- Baja cielo, tu madre ya tiene tu comida, – y el maldito no dejaba de sonreír. Estaba disfrutando esto. Y yo no me podía quejar, era parte de mi castigo.
Flash Back
- ¡¿Qué significa esto?! – gritó mi padre, muy enojado.
- Nosotras… -comencé a decir, mirando al piso. Mis ojos se humedecieron, mi papi nunca me había gritado así.
- Edward, la hiciste llorar… - murmuró mi madre, antes de sentarse entre Hannah y yo. Y ahí fue donde vi que Hannah ya estaba roja y con las mejillas mojadas. Nos abrazó a ambas.
- Bella, amor, ¿te das cuenta de lo que acaban de ver? – Comenzó a decir frustrado, y nervioso, porque estaba caminando por toda la habitación. - Ellas nos estaban viendo, ¡era nuestro momento especial! ¡La única hora del día en la que podemos consentirnos! ¿Cómo crees que está la mente de Nessie? ¿Y la de Hannah? ¡Están llenas de perversidad…! – Al decir esto, me vinieron a la mente todas las misiones y gran error… ¿Por qué tengo que tener un padre lector de mentes?
- Pero cariño, no las regañes así... –comenzó mi madre, pero mi padre la interrumpió.
- ¿Qué fue eso? – Me estaba mirando con su mirada de “dime-o-te-mato”.
- ¿Qué…fue…qué? – pregunté haciéndome la que no sabia. ¡Maldito, maldito lector de mentes!
- Cuida tu vocabulario, señorita, -me amenazó con un dedo. - Y ahorita mismo vamos a ir a la casa de tus abuelos, y nos van a explicar a todos qué eran esas cosas que estaban pensando.
Asentimos con la cabeza y los cuatro comenzamos a caminar a la casa de los abuelos. Nadie hablaba, sólo se escuchaba el corazón de Hannah y el mío, que latía como las alas de un colibrí.
Llegamos pronto, tal vez demasiado. Hannah me miraba con expresión de pánico.
- ¿Qué sucede? – Preguntó mi abuelita no-tan-inocente. Alice bajó como un torbellino. Y lo peor es que estaba enojada. Alice Cullen enojada no traía cosas buenas.
- ¡Explíquenme lo que acabo de ver! – Gritó. Todos en seguida estaban ya alrededor de nosotros, en el umbral de la puerta. Caminamos al sillón, dónde nos sentaron a mí y a Hannah.
- ¡Explíquenme! – Gritó Alice-la-duende-enojada.
- No les grites, – dijo mi tía Rose, mientras me acariciaba mis rizos color cobrizo.
Miré a Hannah y ella asintió con la cabeza, tendríamos que contarles todo.
- Es que… - tomé una gran bocanada de aire, lo solté lentamente. - Todo empezó una tarde en que estábamos aburridas, y decidimos jugar a los súper agentes… tendríamos que espiarlos, para ver que hacen en las noches… - intenté con toda mi alma, que espero tener, que mi voz sonara inocente. - Y así lo hicimos, sólo era un juego papi, primero espiamos a Alice y Jasper… -Jasper se quedo en blanco y Alice me dirigió una mirada asesina,- luego espiamos a Emmett y Rose… -todos dijeron: “ohh”, sorprendidos, creyendo supongo, que estaban haciendo cosas malas. Emmett sonreía triunfante. - Esme y Carlisle… - mis abuelos no-inocentes miraron al piso- y por ultimo a ustedes, mami y papi…
- ¡Pero qué les pasa! – gritó Hannah. Sabía que estaba al borde de la histeria - ¿Jasper? ¿Modelando ropa de mujer? – Preguntó. Y una ola de nervios y vergüenza nos invadió a todos.
- ¡Jasper! – Gritó mi papi y de nuevo la serenidad.
- ¿Rosalie y Emmett? ¿No se supone que son unos pervertidos? ¡Estaban jugando videojuegos! –prosiguió mi amiga licántropo. Emmett se tapó la cara, como si le hubieran descubierto un gran secreto. Y todos rieron. - Esme y Carlisle… ¿Qué clase de abuelos son? ¡En el consultorio estaban jugando a la paciente y al doctor! – Esme volvió a agachar la cabeza y Carlisle le pasó un brazo por el hombro. Todos estaban intentando no reírse. - Y por último… ¡Edward y Bella! ¿Qué clase de depravados son? ¡Se supone que iban a discutir la deuda nacional!
- ¿La qué? – Preguntó mi madre. Emmett se soltó carcajeándose.
- La deuda nacional… - respondí yo, más calmada. No sin antes darle un codazo no-disimulado a mi amiga, ¡nos aventó a los tiburones! - El otro día, le pregunté a tío Emmett por qué me decías que me quedara a veces a dormir aquí… y él me dijo que porque discutían la deuda nacional.
Todos se quedaron callados. Y de pronto se soltaron a reír.
- ¡Emmett Cullen! ¿Por qué le dices eso a Nessie? – Preguntó mi madre, riéndose.
- ¿Qué querías que le dijera? “Oh si, tus papis no te dejan estar cuando andan de calientes y ¡hey! tu madre grita demasiado y temen despertarte y que los encuentres en pleno acto”, –dijo sarcásticamente. Todos rodamos los ojos y mi papi le dio una mirada fulminante.
El timbre sonó y todos dejaron de reír, voltearon hacia la puerta y luego miraron a Alice.
- ¿Qué le pasa a su sentido del olfato? ¡Es Jacob! – Dijo y se apresuró a abrir la puerta.
Oh, Jake, pensé y mi padre gruñó por lo bajo.
Y entonces entró, con su pelo mojado por la lluvia que repentinamente se desató, unos shorts y sin camisa. Sonreí y corrí a abrazarlo.
- Jake… -susurré. El rió y me besó lo alto de la cabeza.
- Yo también te extrañé, pero si no te alejas, cielo, tu padre me va a hacer papilla, y tal vez tarde unos seis días en curarme, – susurró de vuelta. Me alejé y vi a mi querido papá, rompiendo una orilla del sillón.
- ¡Edward! – Gruñó Esme.
Tomé la mano de Jacob y me acerqué a la reunión.
- Hannah, dijo Seth que le dijo tu hermana Janette, que le dijo tu hermana Perla, que le dijo tu mamá que te dijera que regresaras a casa, –dijo. Nadie entendió, salvo Hannah y yo, y obviamente Jake. Seth era el imprimado de Hannah, y Hannah la imprimada de Seth. Nadie sabia si eso era posible, lobo con lobo, pero ellos eran muy felices, así que nadie decía nada.
- ¡Me voy! – anunció, y ya se iba a transformar, cuando mi mami habló:
- Hann, le diré a tu madre sobre lo sucedido, y quiero que vengas mañana, habrá castigo por parte de todos, así que…
Hannah asintió con la cabeza y salió rápidamente.
- ¿Qué pasó o qué? – Preguntó Jake mientras se sentaba en el sillón y me acomodaba en su regazo.
Le contamos todo a Jake. Y creí que se enojaría, que me regañaría… con todo lo sobre protector que es, pero me sorprendió su reacción:
- ¿Los espiaron? ¿¡Por qué no me dijeron!? ¡Yo también hubiera jugado con ustedes! – Rió. A mi papi no le parecí gracioso.
- ¡Jake! – Reprendió mi madre. - No se supone que hizo algo bueno, tendrías que regañarla, no alentarla.
- ¿Me van a castigar? – Pregunté, con mis ojos de niñita inocente y mi voz suavecita. No funcionó.
- Sí, – dijeron todos, menos Jacob.
- ¿Qué me van a hacer? – Pregunté, dudosa.
- ¡Reunión! – Dijo Alice y todos se fueron al comedor. Fue lo más infantil que he visto en toda mi vida, pero al menos me dejaron con Jacob.
- ¿Tan malo fue? – Me susurró al oído. Su aliento toco mi cuello y sonreí inconcientemente. Me tomo todo mi autocontrol no besarlo ahí.
- Si, algo así… - susurré. - Encontramos al final, a mis padres…
- No quiero tanta información, Nessie, –sonrío. Y al diablo con el autocontrol. Me acerqué a su boca, lentamente, nuestros labios estaba apunto de tocarse…
- ¡Renesmee Carlie Cullen! – Gritó mi padre.
- … de Black, – me susurró al oído Jake y no pude evitar soltar unas risitas. Mi papi gruñó.
- ¿Cuál es el veredicto, patrón? – Dije, y todos me fulminaron con la mirada. Rodé los ojos. Se que me estaba comportando como una típica adolescente, pero ¡son las hormonas! (?)
Alice río con su risa de campanitas-diabólicas.
- Tendrás que comer comida humana por un mes, – dijo mi madre.
- ¡Noo! ¡Que asco! ¡Eso es lo más desagradable! – Grité histérica. La comida humana era asquerosa. Muy asquerosa.
- …pero ahí no se acaba Ness, además, no podrás salir dos meses de la casa. Para nada, a menos que vayas a la cabaña, con nosotros claro, – siguió mi mama, apuntando a mi padre y a ella. Jake gruñó un poco.- Nada de tecnología, eso incluye celulares, mp3, i-pod, y todas esas cosas, no computadora y no videojuegos. Pero la televisión si, cariño.
- ¡Pero en la televisión nunca hay nada que ver! – Grité, frustrada y enojada. Estaban planeando hacer mi vida de lo más aburrida.
- Lo sabemos. Por eso, – dijo mi papa. Gruñí.
Fin de Flash Back.
Caminamos escaleras abajo, y me encontré con Hannah en forma de loba y un plato de pizza en la mesa.
- ¿Por qué Hannah es loba? ¿Voy a comer eso? – Murmuré, asustada.
- Sí, ya lo sabes, se llama pizza, y a los humanos les encanta, –sonrío. Hannah gimoteó.- Y a Hannah, le daremos sus filetes crudos.
Ése era el castigo de mi amiga. Comer comida cruda cuando era loba. Además de “no tecnología”.
- ¿Dónde están todos? – Pregunté. La casa estaba vacía y había un silencio acogedor. Eso no era normal aquí.
- Están cazando, y yo tengo que regresar. Alice te vio con la sangre y tuve que venir… pórtense bien, – me besó la cabeza y palmeo el lomo de Hannah.
1 hora más tarde.
Hannah y yo estábamos frente a la televisión. Ella ya tenía su cuerpo humano. Como siempre, no había nada que ver.
- Ness, – habló mi amiga, - estoy tan aburrida…
- Lo sé, lo sé, - dije con voz monótona.
- Oye, cuando estábamos espiando, ¿notaste que todos tenían diarios?
- Sí, - murmuré con desgano,- ridículo, si me permites opinar.
- ¡¿Qué te parece si los leemos?! – Preguntó con mucho entusiasmo.
- ¡Nooo!
FIN

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Moraleja: nunca le hagas caso a tu amiga licántropo sobre jugar lo que parecen ser juegos inocentes, sobre espiar tu familia, y más si son una extraña familia de vampiros vegetarianos, que esta integrada por una duende-loca-por-las-comprar-y-la-moda, un ex-soldado de la guerra civil que esta dispuesto a hacer lo que sea por su esposa. Una pareja de sexo patas que en realidad son unos niñitos que aman los videojuegos. Unos abuelos que les gustan los juegos pervertidos y unos padres que se pasan las noche no-discutiendo-la-deuda-nacional.

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